jueves, 27 de enero de 2011

Tiempo

Hace tiempo que estaba escapando de este momento por falta de inspiración, por no saber muy bien que contar, por no tener algo que transmitir, alguno de los escasos lectores me lo ha ido reprochando y pidiendo, pero no es justo escribir por escribir como hizo un gran maestro de las letras cuando vio su capacidad rendida.

Yo no me he rendido… nunca lo hago no merece la pena o si merece la pena aún no lo descubrí; sigo pensando que merece la pena luchar, intentar que las cosas por muy descabelladas que sean salgan adelante o por lo menos no tener en mente: “Y si hubiese…”

Merece la pena porque en esta vida pasamos por momentos duros y no relataré los de nadie en especial, aunque si piensas… piensa en los momentos duros que has superado, al final siempre vale la pena porque nos aportan algo, bueno mejor pensado me voy a permitir la licencia de mencionar a la Chilena por el susto que se llevo y en esta ocasión dejare a mi tata tranquila…

Pero hoy quiero hablar del tiempo, de cómo en ocasiones somos de capaz de pararlo, si aunque parezca que me he vuelto loco, quizás… podemos parar el tiempo, podemos escapar ser capaces de evadirnos por un rato del día a día y volver a la niñez.

A la niñez en la que sonreíamos, corríamos, saltábamos, nos subíamos donde no debíamos, ese momento en el parque, en una playa, en unas ruinas o en cualquier rincón. Esa sonrisa que sólo son capaces de robarnos los mejores, los más grandes, los nuestros.

Si, hace poco fui capaz de parar el tiempo, de olvidarlo todo y sonreír como un niño, vuelvo a saber que puedo
y que por esos momentos merece la pena todo.



GRACIAS M.R.V.

(16/03/2010)

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